20 de julio de 2014

Fábrica de Tabacos (I)

Esta será la primera de una serie de entradas sobre la Real Fábrica de Tabacos. Como breve introducción histórica, decir que fue terminada en 1770, convirtiéndose en la primera gran factoría de tabaco de Europa. En ella trabajaron hasta 6.000 picadores de tabaco y liadores de cigarrros (primero trabajaban solo hombre, pero luego se pasó a mano de obra exclusivamente femenina al ser más barata y flexible) y 200 caballos.

Hoy quiero hablaros de su exterior. Llama la atención que la Fábrica de Tabacos tiene forma y elementos de fortaleza cuando no estaba concebida para ello. Cuenta con:

Un foso de defensa



Torretas de guardia y defensa




Accesos con puentes. Hay que señalar que los actuales puentes son posteriores, ya que antes tenía puentes elevadizos:



En la puerta principal hay una gran reja y dos garitas de guarda:




Bien, y ahora: ¿a qué toda esta defensa? Os explico: el tabaco venía desde las colonias americanas (sobre todo de Virginia) y lo descargaban en el puerto de Sevilla (que tenía monopolio de comercio con las colonias). Luego era directamente llevado hasta la fábrica de tabacos (por eso se buscó una localización cercana al río y a extramuros), escoltado por el mismísimo ejército -que llegó a tener un regimiento especial afincado en esta fábrica de tabacos-. Toda esta vigilancia y protección tiene un claro objetivo: proteger al tabaco de robos, ya que era un producto enormemente escaso y de facilísima salida de contrabando. Por ello, no se escatimó en aislar la Fábrica de Tabaco con fosos, puentes elevadizos, torretas y regimientos del ejército. 

Como curiosidad, decir que "uno de estos soldados" destinados al regimiento de la fábrica fue el que se enamoró de la cigarrera Carmen en la novela de Merimée. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios