Hoy os traigo una de esas cosas que no te enteras como no te
las cuenten.
La giralda siempre ha estado restringida al público hasta
finales del siglo XIX, donde empezaron a entrar gente a ver las vistas de la
ciudad desde sus campanas.
Pero claro, si nos damos cuenta, la Giralda tiene balcones
con mucha altura, potencialmente peligrosos. Este peligro al principio se llevó
alguna que otra vida, casos aislados. Pero llegó un momento donde la gente se
suicidaba por la Giralda, tirándose por los balcones porque claro, ¿quién se
mata desde un segundo? (tengamos en cuenta que hasta hace nada las casas tenían
3 o 4 plantas las más grandes, normalmente con 2 era suficiente).
Había épocas donde era normal ver en el periódico que
Antonio se había tirao por el balcón, o que tal día se tiró José, una situación
insostenible. Por eso pusieron rejas en los balcones, imposibilitando toda
posible entrada a ellos y no poder “caerte”.
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