18 de septiembre de 2014

Generosidad de calles.

Hoy os traigo una de esas placas que pasan inadvertidas pero que desde luego son curiosas.




Esta puerta está en la calle Nicolás Antonio, casi entrando en la plaza de Santa Cruz, que atraviesa transversalmente los Jardines de Murillo y el paseo de Catalina de Rivera. Los Jardines de Murillo fueron cedidos en dos etapas a la ciudad. Antes eran parte de la huerta privada del Alcázar, pero fue cedido en primer lugar el Paseo de Catalina de Rivera para ayudar la comunicación en los nuevos barrios a extra muros que se crearon a finales del siglo XIX y la segunda cesión se hizo en 1911, terminando el espacio que hoy conocemos como Jardines de Murillo. Se creó un espacio público que se perfeccionó tal y como lo conocemos para la Exposición Iberoamericana del 29.

A raíz de esta cesión, según vemos en la puerta, el generoso propietario de esta casa que se encuentra en las murallas de la ciudad, cede parte de la misma a la ciudad para crear una vía de acceso al nuevo parque desde el barrio de Santa Cruz.

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