Porque el incienso ya se huele por Sierpes, y el azahar se esconde entre las hojas del Patio de los naranjos.
Las tiendas se llenan de nazarenos, y las tiendas de nazarenos se llenan de personas. Se preparan los claveles, la cera y el incienso. Sacamos nuestras túnicas, se acerca nuestro momento con Él, con Élla.
Se montan el hierro y la madera, se desempolva el dorado y se saca brillo a la plata, es Cuaresma. Todo está tan cerca y lejos a la vez, maldita melancolía de los años pasados y bendita ilusión de los futuros, se juntan en Cuaresma.
Sevilla entera se engala sacando sus mejores ropas, se acerca el momento
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