Alameda de Hércules.

Sevilla ha sido pionera en muchas cosas, o la última de la cola en muchas otras. Hoy os hablo del primer caso. En la Sevilla recién conquistada, había problemas de urbanismo. Recordemos que Sevilla es una ciudad pantanosa, de suelos de barro y muy muy húmedos, ya que estamos en las orillas de un río y además en pleno valle del Guadalquivir. Pues con estas situaciones, eran muy normales los pantanos donde se quedaba el agua estancada tras las crecidas del río (que antes eran descomunales, demos gracias a las presas).

Pues uno de estos pantanos estaba donde hoy en día se encuentra la Alameda de Hércules, teniendo ésta una historia muy interesante. 

En Sevilla hace un caló que te muere en verano (llegando a los 50º, una joyita meteorológica), que sumado a la humedad tenemos un criadero de mosquitos bien importante. Ese pantano, por tanto, era un criadero de mosquitos y, consecuentemente, de enfermedades (recordemos que en esta época no estaban los flis flis antimosquitos para "hacernos la vida mejor" y lo digo entre comas porque al final te acaban picando iguá).

Para eso, Alfonso X, el bien llamado "el Sabio" decidió hacer una gran hazaña urbanística para la época: crear un parque. El rey mandó tapar el pantano y plantar álamos para evitar los mosquitos y así eliminar ese foco de enfermedades. Siendo Sevilla la primera ciudad con una zona ajardinada pública creada por el Estado (anda, y ahora estamos sequitos de parques: ironías de la vida).

Hoy en día la Alameda tiene cuatro columnas romanas sacadas del templo de la calle Mármoles (VER) coronadas con esculturas que hacen apología a Julio César (fundador de Hispalis) y Hércules (fundador de la Bética y creador del estrecho de Gibraltar -ESPAÑOL-, perdonden, no podía evitarlo-).

Encima del capitel, nos encontramos una inscripción que para mí es muy importante:

SENATVS

POPVLVS

QHISPALIS

Senado y el pueblo de Hispalis.

Una buena lección de democracia de gente de hace siglos.

Tras una malísima época en la que era el puticlub de Sevilla, la Alameda ha mejorado muchísimo gracias a los sucesivos planes de reordenación del Ayuntamiento. Ahora es una zona de ocio en la que se puede pasear. Aunque sí que hay que decir que las obras que le hicieron son HORROROSAS.