Hoy no voy a hablaros de ninguna calle de mi Sevilla, ni de un monumento en especial, no. Hoy os traeré una de esas curiosidades las cuales posiblemente conozcas, pero más probable sea que no, y que te hará dormir más tranquilo y creerte más sabio.
Primero te pondré una fotito. Esta vez no la he hecho yo con mi super cámara nueva que me han regalado los reyes y que estoy deseando probar (envidia mode: ON), sino que es sacá del guguel. Me gustaría que se fijasen en ella, en serio, sin coñas.
Bien, si te fijas son euros (olé yo, me apunto esa) y si te fijas, el canto de susodichas monedas tienen una serie de marcas, ¿sabes qué son?.
Estas marcas hoy en día no valen pa ná de ná, son herencia de las antiguas monedas. En una época donde el dinero verdaderamente valía el importe que representan, vamos, que eran de oro plata o bronce, no los cuchifris que tenemos ahora.
La gente, que no era tonta y encima, estaban tiesos cual mojama (no como ahora, ya esta gente moría de hambre masivamente, cosa que de momento no hemos llegao a hacer), y lo que hacían era limar las monedas que tenían, las limaban por los bordes un poco, y las usaban después.
Claro, limando una y otra y otra, acabas con mucha virutilla de oro (o plata o bronce) que luego puedes fundir y tener otra moneda totalmente gratis. Todo eso repetido durante los años, algo de dinerillo era, la verdá.
Por eso los gobiernos (más bien, la Casa de la Moneda) se encargó de cortar el grifo, haciendo esas marcas en los cantos, haciendo que cualquier que limase la moneda, esa moneda sería diferente, y por tanto, se la tendría que comer con papas.
Así que ya saben la historia de esas muecas de las moneditas, las cuales nunca llegaré a tender por qué cojones la de 50 céntimos es más grande que la de un euro, dudas de la vida.
16 de enero de 2012
7 de enero de 2012
Prado de San Sebastián
Hoy os traigo el Prado de San Sebastián.
Obviamente, como siempre digo, no su historia, que pa eso
está la güiquipedia, sino una curiosidad.
En Sevilla, cuando éramos alguien, se enterraba a la gente
en los hospitales y en las iglesias (como por ejemplo el Hospital de las Cinco
Yagas o la del Salvador, ya hablaremos de ello), hasta que llegó la amada
peste.
La peste se llevó por delante a más de media Sevilla, y
nació un problema con ello, los cuerpos. Las iglesias se quedaban chicas para
tanto cadáver, y también estaba el problema del virus, si entierras a la gente
en la ciudad, no se iría la peste, por eso crearon el que fue el primer
cementerio a extramuros, y eligieron el Prado de San Sebastián.
Como muy bien dice su nombre, antes era un prado (olé yo) y
el ayuntamiento y la Iglesia empezaron a enterrar a la población que no podía
costearse un buen mausoleo en una iglesia (vamo, tó quisqui).
Esta gente descansaba en paz bajo tierra, mientras la ciudad
crecía sobre sus cuerpos hasta que en 2007 (creo recordar) hicieron una
restauración del prado donde se encontraron con miles de esqueletos, imagínense
el descubrimiento.
Así que ya saben, cuando estén en la “feria de las naciones”
harto de salchichas alemanas y de tequila mejicano, recuerde que por donde
pisa, descansaban miles de sevillanos que tuvieron el pequeño contratiempo que
es la peste negra.
6 de enero de 2012
Edifico San Fernando
A ver si adivinan de donde es este escudo:
Si ha acertado, olé tú, si estás nerviosito perdío porque no
lo sabes, te lo diré, es el edificio que está en la plaza San Francisco (detrá del ayuntamiento), el
llamado San Fernando .
No les voy a contar la historia de este edificio, pa’ eso
está la güiquipedia, sino un interesante detalle, es el edificio que yo llamo,
el “edificio hipócrita”, porque primero dice una cosa y luego todo lo
contrario. Y me dirás, “¿cómo que te dice una cosa y todo lo contrario? Este
tío está chalao perdío”, no, ya lo verás.
En la primera foto podemos ver el que sería un blanco
perfecto de la inculta Memória Histérica, ¡un escudo de España con el águila de
San Juan! y Justo debajo tiene estos
cuatro escuditos, fíjense:
Sí, son escudos de Sevilla (doble), Castilla y Cádiz (?) , y sí, eso que
tienen en to lo arto es el castillito de niebla, la corona cívica republicana
Así que tenemos un escudo imperial, con el águila bicéfala de los Habsburgo, de Felipe II exactamente(que NO
es de Franco, a ver si nos vamos enterando de que Franco no inventó el águila
en el escudo, que eso tiene má año que andá palante, joé, y eso que soy de la
LOGSE) y cuatro escudos republicanos, que sobrevivieron al franquismo a plena
vista.
5 de enero de 2012
Monumento a España
En mis paseos por Sevilla (sí, aún quedan jóvenes que pasean
por placer) me encontré ante este fabuloso monumento, el cual mi padre me
hablaba de él. Se encuentra en la entrada al Parque Marialuisa, dando al Prado.
El monumento va dedicado a “España” y es de la expo, pero no
la del 92, sino del 29, la iberoamericana . En esa época la gente era normá y
se enorgullecía por su país, y hacían plazas y monumentos, no ahora, que somo
…. tu ya me entiende.
En el centro encontraremos la propia alegoría de España, con un león y el escudo de España.
A nuestra izquierda podemos ver la alegoría a la abundancia (vamo, como ahora, que abunda de tó: paraos, hipotecas, casas con el SE VENDE....) .
A la derecha la alegoría a la religiosidad, tengamos en
cuenta la importancia de la Iglesia en aquel entonces.
La obra es del escultor Manuel Delgado Brackembury, que fue el que lo hizo tó para la expo iberoamericana,
cuya obra no es que brille por su calidad, pero es interesante. Me quedaría con
el detalle del león y del escudo de España.
4 de enero de 2012
Protecciones de paredes
Hubo un tiempo donde los BMW no iban por las calles del
centro, y los carruajes de caballos llevaban a sevillanos y no a japoneses,
ingleses o alemanes, dejando la mierda concentrada en la catedral (no pienso
pedir perdón por la palabra, lo que huele ahí es a MIERDA).
Estos carros de caballos iban por las pequeñas calles del
centro, tan estrechas como saben. Conducir uno de esos no es fácil, y más fácil
aún era que te chocases con la paré del vecino, por eso el sevillano de a pié,
hasta los mismo de que les aboyen la paré recién encalá (recuerde que leroy
Merlín no existía, por eso la gente tenía que usar cal para blanquear las
paredes, como aún se hace en muchos pueblos) le echó ingenio.
Si no se han fijado, en las paredes hay ruedas de piedra
gigantes en las paredes, pertenecen a molinos de aceite (el aljarafe era un
gran productor de aceite) y sirven pa eso, pa protegé las paredes, algo tipo,
“tu no me jodes la paré, pero yo te jodo el carrro”, así los cocheros tenían
más cuidadito.
En las esquinas se ponen columnas de mármol o piedra, por lo
mismo.
Y si la economía no daba para tanto mármol ni tanta piedra,
muchos pusieron pequeñas cuñas para evitar el paso cerca de sus paredes.
Así que ya sabe, si está harto de que le boyen la paré,
ponga una de éstas, va a ver como si de magia se tratase, no va a vorvé a pasá.
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