Hoy os traigo el Prado de San Sebastián.
Obviamente, como siempre digo, no su historia, que pa eso
está la güiquipedia, sino una curiosidad.
En Sevilla, cuando éramos alguien, se enterraba a la gente
en los hospitales y en las iglesias (como por ejemplo el Hospital de las Cinco
Yagas o la del Salvador, ya hablaremos de ello), hasta que llegó la amada
peste.
La peste se llevó por delante a más de media Sevilla, y
nació un problema con ello, los cuerpos. Las iglesias se quedaban chicas para
tanto cadáver, y también estaba el problema del virus, si entierras a la gente
en la ciudad, no se iría la peste, por eso crearon el que fue el primer
cementerio a extramuros, y eligieron el Prado de San Sebastián.
Como muy bien dice su nombre, antes era un prado (olé yo) y
el ayuntamiento y la Iglesia empezaron a enterrar a la población que no podía
costearse un buen mausoleo en una iglesia (vamo, tó quisqui).
Esta gente descansaba en paz bajo tierra, mientras la ciudad
crecía sobre sus cuerpos hasta que en 2007 (creo recordar) hicieron una
restauración del prado donde se encontraron con miles de esqueletos, imagínense
el descubrimiento.
Así que ya saben, cuando estén en la “feria de las naciones”
harto de salchichas alemanas y de tequila mejicano, recuerde que por donde
pisa, descansaban miles de sevillanos que tuvieron el pequeño contratiempo que
es la peste negra.
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