Esta será la primera edición de un bloque que se llamará
“Puertas de Sevilla”, donde recordaremos las puertas que formaron parte de la
muralla árabe y cristiana.
Primero recordemos que la muralla que rodeó Sevilla era
árabe, con remodelaciones y añadidos cristianos, pero no romanas, como dicen
muchos. Esta muralla estuvo intacta hasta que en el siglo XIX hubo una rama
super progre que decía que para que la ciudad creciese, una gilipollez como
otras muchas que se han hecho en Sevilla. Uno de los pocos tramos que quedan de dicha muralla es en los Jardines Murillo (http://pablo-rejano.blogspot.com/2011/10/murallas-de-sevilla-i.html)
Hoy os traigo el Postigo del Aceite, que se encuentra cerca
del Arenal, delante de las Atarazanas (pronto hablaremos de ambos
lugares). La diferencia entre un postigo
y una puerta es que el postigo era de menor tamaño y de menor importancia, y
también solían cerrarse antes, ya que era más fácil cerrarlos y tener un mayor
control de la ciudad.
Se llama del aceite ya que por aquí pasaban las mercancías
(y sobre todo de aceite) provenientes del Aljarafe.
Este postigo es de los únicos restos intactos de dicha
muralla.
Están hasta los huecos donde se encajaban las pesadas y
grandes puertas de madera.
En estas ranuras que ven aquí se encajaban maderas (normalmente de cedro) y con arena impedían que el agua pasase a la ciudad. Porque recordemos, el Guadalquivir ese tan bonito que tenemos es algo de hace dos telediarios, ya que antes se inundaba todo sus alrededores con las crecidas, llenando de agua hasta esta puerta (imaginen si llevaba agua). Cuando los árabes el río llegó hasta pocos metros antes de la puerta, donde estaban las Atarazanas, pronto hablaremos de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios